sábado, 14 de marzo de 2009

Los Matrones de Sara

Y aquí van algunos comentarios: a mi, como a Enrique, a Hacho, a Pedro, desde luego, y a unos cuantos más, me encanta el idioma: las palabras, las construcciones, las connotaciones las formas de expresarse, en fin. Por ejemplo: acabo de escribir "el ordenador" porque ahora vivo en España y así se llama aquí este aparato (palabra que viene, desde luego, del francés). En Latinoamérica se llama computador en algunos países, y computadora en los demás! (y viene del inglés, por supuesto!) Tengo un libro que les recomiendo muchísimo para aclarar este tipo de cosas: es el Diccionario Panhispánico de Dudas. Está hecho por las Academias de la Lengua de todos los países donde se habla Castellano. Es una maravilla.

Como me gustan las palabras, es obvio que me molesta, por pesada, mamotrética, repetitiva y falsa, una redacción como "... los niños y niñas más alt@s deben venir disfrazados/as de pastorcitos y pastorcitas...", pero por otra parte, no es agradable pertenecer a la mitad de la población que se supone que está "implícita". Me explico: pensad cómo se siente una mujer si toda la vida oye hablar del hombre prehistórico, del hombre moderno, de los Derechos del Hombre, etc. Se dice que las mujeres debemos sentirnos incluídas, pero pensad que eso es como una fiesta o una cena a la que no te han invitado, pero que tus amigos insisten en que vayas de todos modos, que serás bienvenida, que no pasa nada...

Durante años recibí circulares del colegio invitando a los padres a asistir a la entrega de notas, o a tal o cual evento. En realidad, la inmensa mayoría de quienes asistíamos éramos las madres. Sobra decir lo bien que me sentó cuando las circulares empezaron a venir dirigidas a los padres y madres: ¡qué bien! ¡Me estan invitando a mi! ¡No voy en reemplazo de nadie!

Volviendo al español: hay algunas palabras colectivas que se pueden usar como por ejemplo: el alumnado, el profesorado, la humanidad, las personas, la gente... Pero no es fácil. Y se producen nuevas palabras que le dan otra vuelta de tuerca al asunto: existe aquí la figura de la matrona: es una persona que ayuda a las mujeres a parir. Son parte del sistema de salud. Ahora, así como hay enfermeros (y no sólo enfermeras) hay hombres que ejercen el oficio de ...matrón! ¡Cómo les parece?!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El matrón aún no lo acepta la RAE. Es una recomendación de la FUNDEU - Fundación para el Español Urgente (!).

Anónimo dijo...

La misma FUNDEU no recomienda aún que se use el femenino de soldado. La soldada sigue siendo sólo un "sueldo, salario o estipendio".

De manera que "la soldada del matrón" no tiene nada, pero nada que ver con "el soldado de la matrona".

Unknown dijo...

Hay más cosas curiosas con lo del género de las profesiones: aunque en Colombia, por ejemplo, es perfectamente normal decir que una mujer es arquitecta, médica o ingeniera, aquí en España muchas mujeres que ejercen dichos oficios se llaman a sí mismas "arquitecto", "médico" o "la ingeniero". Curiosamente, al incorporarse hombres a profesiones que hasta entonces eran mayoritariamente femeninas, se masculinizó la palabra de inmediato: enfermero o secretario, entre otros.